Superar el miedo al fracaso

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En la pasada Píldora de inspiración hablamos sobre el fracaso como la frustración por no alcanzar un objetivo o no lograr un desempeño acorde con determinadas expectativas. La percepción del fracaso está condicionada por diferentes estándares, valores o sistemas de pensamientos por los que nos guiamos. Por eso, un fracaso para una persona puede ser una gran experiencia de aprendizaje para otra.

En nuestra sociedad estamos acostumbrados a hablar sobre “casos de éxito” o “personas de éxito”. Pero esto ¿siempre es así?

Nos molesta hablar de fracasos y mucho más aún de miedo al fracaso. Sin embargo, ocultar algo que no nos gusta no ayuda a resolverlo. Es bueno ponerlo encima de la mesa para analizarlo y encontrar las claves para su superación.

Primero tenemos que conocer las posibles causas del miedo al fracaso:

  • La excesiva crítica o falta de comprensión por parte de los padres durante la infancia puede acarrear estos sentimientos negativos a la etapa adulta
  • La experiencia de algún momento traumático en nuestra vida puede hacer que este miedo se mantenga durante años
  • También una baja autoestima por compararnos con los demás, preocuparnos excesivamente, enfocarnos en lo negativo o ceder a los deseos de los otros pueden ser motivos de este tipo de miedo

Ahora bien, tan importante como saber las posibles causas es poder identificar las señales que marcan ese miedo para gestionarlo de forma adecuada.

¿Cómo lo identificamos?

  • Reticencia a probar nuevas formas de hacer las cosas o afrontar proyectos desafiantes
  • Auto sabotaje y excesiva ansiedad
  • Diálogo interior con pensamientos negativos sobre sí mismo
  • Exceso de perfeccionismo

En todo lo que hacemos existe siempre una probabilidad de fallo. Afrontarlo y aceptarlo como tal no es sólo una prueba de coraje, sino también es toda una actitud positiva que nos permite una vida más plena y gratificante.

¿Qué podemos hacer para gestionar el miedo al fracaso y minimizar sus efectos?

  • Analizar los posibles escenarios, incluso el peor, y los resultados que podríamos tener en cada uno de ellos
  • Pensar en positivo para aumentar la autoestima y vencer el auto sabotaje
  • Tener un plan “B” para ganar confianza y anticiparnos al miedo ante la incertidumbre
  • Establecer metas pequeñas y alcanzables que impulsen a la acción y a elevar también la confianza en uno mismo.
  • Visualizar cómo nos sentiríamos, qué pensaríamos habiendo vencido ese miedo

John Caunt -en su libro “Eleve su autoestima”- propone algunas técnicas para fortalecer nuestra mente y nuestra actitud hacia el fracaso, entre las que destacan:

  • Reconocer y hacer un listado de nuestras cualidades positivas
  • Relacionarnos con personas positivas
  • Aceptar lo que no podemos cambiar
  • Dejar de compararnos con los demás
  • Saber decir “no”

Todos hemos tropezado y tropezaremos a lo largo de nuestra vida. Hemos tomado y seguiremos tomando decisiones equivocadas. Pero eso no significa que debemos pararnos… Es muy importante pensar en todas las oportunidades que perderíamos si permitimos que los fracasos y las caídas nos detengan.

No somos víctimas de las circunstancias, sino responsables de nuestras decisiones y acciones. Tenemos la libertad de elegir cómo pensar y qué actitud tomar.

Podemos elegir ver el fracaso como el fin del mundo o, por el contrario, elegir ver el fracaso como una experiencia de aprendizaje, como una lección muy importante para nuestro crecimiento y para evitar caer en el mismo error de nuevo.

¡!El fracaso sólo nos detiene si lo permitimos!!

¿Un cerebro feliz para alcanzar la felicidad?

Imagen de Pixabay
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En la primera Píldora de inspiración de este año nos adentramos en conocer algunos aspectos del sentimiento de la felicidad  relacionados con el cerebro, ese maravilloso y complejo órgano vital que supone una parte del “hardware” y del “software” de nuestro cuerpo.

Si buscamos en Google la palabra “Felicidad” aparecen 183 millones de referencias, sólo en español. Pero, no sólo es una palabra muy buscada, sino que es, tal vez, una de las máximas aspiraciones que tenemos como seres humanos: ser felices.

Desde el punto de vista de la neurociencia y la biología, en el cerebro tenemos unos químicos naturales: las hormonas. Cuatro de ellas se relacionan especialmente con la felicidad.

La investigadora Loretta G. Breuning, autora del libro Hábitos de un cerebro feliz», explica que cuando el cerebro emite uno de estos químicos, nos sentimos bien.

Veamos cuáles son:

– La dopamina. Nos proporciona la alegría y la energía necesarias para encontrar o lograr lo que estamos buscando. Supone una fuerza de motivación en tareas que implican mucho esfuerzo.

Se activa cuando damos el primer paso hacia un objetivo y cuando lo vemos realizado.

¿Cómo podemos elevar su nivel en el organismo? Estableciendo pequeñas etapas a realizar, que iremos celebrando a medida que logramos su cumplimiento, además de agradecer todo lo bueno que tenemos en nuestra vida.

– La endorfina actúa como un calmante natural ante el dolor, sea físico o emocional, y nos permite continuar adelante. A veces también produce cierta euforia

Sonreír, bailar, cantar o trabajar en buena sintonía con otras personas incrementa los niveles de esta hormona. Además, estas acciones nos ayudan a reforzar los lazos sociales y aumentar la tolerancia al dolor o al sufrimiento.

– La oxitocina está vinculada a nuestra afectividad y también al sentido de pertenencia a un grupo. Se la relaciona y mucho con el instinto maternal.

Desde tiempos prehistóricos, la vinculación social es vital para la supervivencia porque favorece la reproducción y la protección contra los depredadores y los cambios medioambientales.

Esta hormona se genera en la relación de confianza con otras personas.

– Por último, la serotonina facilita la sensación de paz y seguridad que experimentamos al ser respetados por los demás. 

La ausencia de serotonina genera depresión o soledad. De ahí que sea muy importante para aumentar su presencia, recordar momentos felices, hablar con un familiar querido o una persona amiga.  También ayudan pequeñas gratificaciones como tomar el sol, recibir tratamientos corporales suaves y hacer ejercicio físico. La serotonina fluye cuando nos sentimos valorados o estamos en posición de liderazgo.

Estas hormonas son controladas por nuestro sistema emocional. Se activan cuando el cerebro detecta algún estímulo positivo, algo bueno para la supervivencia y se desactivan después que se cumplió ese propósito.

Esto lleva a pensar que somos capaces de cambiar nuestro estado emocional y alcanzar un grado elevado de satisfacción y vivencias positivas. Podemos –con nuestros pensamientos y actitudes- encontrar un camino hacia la felicidad sin que haya un estímulo exterior.

Extraordinario, ¿verdad?…Todo un gran reto…!!!

Balance vital del año

Imagen de Pixabay
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Estamos a punto de cerrar 2018 y en la sección Píldoras de Inspiración del programa enComunicación hablamos de cómo hacer el Balance vital del año.

En esta época es muy normal hacer un repaso de lo que hemos vivido. Las personas que nos han acompañado y las que se han marchado, los pasos que hemos dado en nuestro crecimiento personal y profesional, los sueños que se han cumplido, …y también lo que no hemos podido lograr y las lecciones que hemos aprendido de nuestros propios errores.

Como si se tratara de un Balance financiero, abrimos las cuentas del Activo y del Pasivo de lo que ha sido nuestra vida en este año para responder a preguntas esenciales y colocar nuestras respuestas en uno u otro lado. Así, sabremos de manera muy gráfica qué energía nos impulsa hacia adelante y qué opciones tenemos que superar.

Propongo realizar este balance vital en cuatro niveles de profundidad.

En el plano material y físico:

  • ¿Cómo es nuestra salud? ¿Cómo la cuidamos? ¿De qué manera nos nutrimos y vivimos una vida sana?
  • ¿Cómo está nuestra casa? ¿Vivimos en una situación cómoda? ¿Cómo mantenemos nuestro espacio vital en ella?
  • ¿Cómo están nuestras finanzas? ¿Qué situación económica tenemos? ¿Cómo administramos nuestras entradas y salidas de dinero?
  • ¿Y nuestro trabajo? ¿Es todo lo agradable que nos gustaría o podríamos cambiar a algo mejor? En el caso de no tenerlo, ¿Cómo podemos acceder a un empleo o crear el nuestro propio?

Pasamos de lo tangible a lo intangible ahora con el plano emocional:

  • ¿Cómo están nuestras relaciones?
  • ¿En qué entorno familiar vivimos ¿Cómo nos sentimos con nuestros padres, parejas, hijos, hermanos…?
  • ¿Cómo son nuestras amistades? ¿podemos contar con ellas en momentos que necesitamos escucha y apoyo?
  • ¿Cómo es nuestra relación con los colegas de trabajo?

En el plano mental:

  • ¿Qué hemos aprendido o qué necesitamos aprender para estar al día en nuestra profesión o en nuestras aficiones?
  • ¿Nos hemos “reciclado” en aprendizajes técnicos?
  • ¿Hemos viajado a algún país distinto al nuestro? ¿qué hemos vivido y aprendido allí en comparación objetiva con nuestro entorno geográfico habitual?

Por último, en el plano espiritual o más trascendente:

  • ¿Hemos sido altruistas con los demás? ¿Hemos colaborado como voluntarios con alguna iniciativa solidaria?
  • ¿Hemos ayudado a personas cercanas o no tan cercanas a la hora de escuchar sus problemas o de animarlas u orientarlas en algún aspecto práctico?
  • ¿En qué medida hemos vivido experiencias trascendentes o de desarrollo personal en el año?
  • ¿Nos hemos conectado con nosotros mismos a través de la meditación, de la contemplación de la Naturaleza o de alguna actividad creativa?

Con esta “auditoría interna” podremos evaluar aciertos y frustraciones que hemos tenido en las diferentes áreas de nuestra vida. Nuestro objetivo es disfrutar de una vida plena y feliz. Y, para alcanzar la felicidad, primero tenemos que identificar los obstáculos que se interponen en el camino, solucionarlos en la medida que sea posible y centrarnos en los aspectos positivos para vivirlos en plenitud, potenciando nuestro optimismo y autoestima.

Música para la paz

En Píldoras de Inspiración del programa enComunicación continuamos la búsqueda para descubrir y compartir historias humanas muy bellas de diversos rincones de la tierra, incluso en los más complicados.

Zohra
Imagen de www.zohra-music.org

En esta ocasión encontramos la inspiración en Afganistán. Las ideas que asociamos a este país son guerra, régimen talibán, discriminación hacia las mujeres, miles de refugiados…. etc.

Pues bien, esto ha sido así desde hace varias décadas.

Sin embargo, en la actualidad se abrió un camino a la esperanza.  La pasada semana el presidente Abdulá anunció en la Asamblea General de Naciones Unidas el inicio de las conversaciones de paz y reconciliación.

Pero, desde hace ya tiempo, muchas mujeres afganas pudieron comprobar que la ilusión y la esperanza de una sociedad mejor y más justa no esperan los movimientos políticos ni los anuncios grandilocuentes, sino que surgen de la manera más insospechada.

En 2008 Naser Sarmast inició una Escuela Musical financiada por el Banco Mundial. En 2010 se convirtió en el Instituto Nacional de Música de Afganistán (ANIM) para la enseñanza de música clásica occidental y oriental. Entre sus patrocinadores se encuentran el Banco Mundial, el British Council y la UNESCO.

Y fue en esa iniciativa donde surgió la Orquesta Zohra, cuyo nombre en mitología afgana significa “diosa de la música y de las artes”.

Está formada por niñas y jóvenes de 13 a 20 años –algo muy difícil de llevar a cabo en un país que rechaza a las mujeres en casi todos los ámbitos-. Su directora, una joven de 21 años, tuvo que desafiar muchos prejuicios y vencer innumerables obstáculos, entre ellos su familia, para lograr su objetivo y dedicarse a la música.

En general, la integran niñas huérfanas, sin hogar y también algunas con buenos ingresos económicos o provenientes de familias de elevado nivel social. Todas comparten el mismo techo y las mismas enseñanzas musicales.

La repercusión de esta orquesta traspasó las fronteras de su país. El año pasado realizó su primer viaje internacional para tocar durante la clausura del Foro Económico Mundial en Davos.

Es así, como esta maravillosa iniciativa ha transformado las vidas de estas muchachas y, pretende ir a más largo plazo para crear conciencia sobre los derechos de las mujeres en la sociedad afgana y, más allá de esto, conseguir el cambio de la percepción internacional sobre su país.

Cada año el ANIM recibe un promedio de 300 – 400 solicitudes de ingreso, pero sólo 50 son las plazas disponibles para formar parte de la Orquesta Zohra y de once grupos musicales más.

Serán necesarios muchos años para reeducar a la ciudadanía afgana en valores de tolerancia con las mujeres y en una visión más abierta de su rol moderno en la sociedad. El primer paso será replantear la educación de las niñas. Labor que no estará exenta de dificultades y críticas por parte de una población que aún conserva una mentalidad talibán.

Pero, estoy convencida de que, con esta iniciativa se han dado los primeros pasos sólidos para lograr que el respeto a las diferencias y la convivencia en paz y armonía, sean algo cotidiano en Afganistán.

Una vuelta al cole muy especial

La sección Píldoras de Inspiración ha comenzado ya en la 8ª temporada del programa enComunicación estrenando emisora en Capital Radio Comunidad Valenciana.

Hace poco más de una semana vivimos la vuelta al cole  un año más. Como es habitual en cada familia, hubo que preparar ropa, libros y, en general, todo el material escolar para iniciar un nuevo curso, gran parte del cual sólo servirá durante un único año…

Pero ¿sería posible reciclar los libros de texto y de lectura para que otros niños, jóvenes y adultos los puedan utilizar?

Pues sí, ese reciclado es posible, como lo demuestra la historia que quiero compartir hoy con todos vosotros.

José Alberto Gutiérrez, un antiguo conductor de recogida de basuras de Bogotá, desde hace dos décadas recupera y repara libros que encuentra en la basura para llevarlos a los colegios, bibliotecas y centros de lectura en su país.

Son más de 450 instituciones las que ya se han beneficiado de esta iniciativa que se está extendiendo también a Perú a través de la Red de Amigos.

A José Alberto se le conoce también como “El señor de los libros”.  En la biblioteca comunitaria de su casa acumula miles de libros en poco más de 15 metros cuadrados. Tanto es así que hace 10 años creó la Fundación “La Fuerza de las Palabras” …. ¡!El inmenso poder y expansión de la comunicación hasta dónde puede llegar!!

 ¿Cómo se trabaja en esta fundación?

En primer lugar, reciben la petición desde cualquier lugar de Colombia de alguna persona que quiera donar libros o que se los regalen.

Una vez recibida la solicitud, la familia Gutiérrez y voluntarios de la Fundación seleccionan los libros infantiles, científicos o literarios más útiles para los usuarios finales.

En cuanto al envío, según sea la distancia, los miembros de la organización llevan los libros en sus vehículos particulares o buscan la manera mejor para que el envío resulte gratis.

Desde febrero de este año, nuestro protagonista tiene más tiempo para hacer su formidable labor. Fue despedido de la empresa de Bogotá donde trabajaba y ahora dedica su tiempo a proyectar una Biblioteca Museo en esa ciudad. Su idea es montar un taller de reciclaje, banco de libros y una exposición de reliquias literarias para seguir llevando la lectura a los sectores más vulnerables de Colombia.

Gutiérrez es un firme convencido de que la mejor herencia que podemos dejar a los niños será siempre la educación.

Por eso, en esta época de “vuelta al cole” me gustaría destacar el importante esfuerzo que supone para millones de personas de todo el mundo acceder a la enseñanza y disponer de los recursos económicos y materiales necesarios.

Gracias a la iniciativa de José Alberto Gutiérrez y, también, a la de innumerables y entusiastas personas en distintas partes del mundo, son muchos los niños y niñas de entornos desfavorables que pueden ir a la escuela. Con la labor de nuestro protagonista de hoy, sin duda, estamos construyendo un presente y un futuro mejor para ellos.

El Poder de la Palabra

Hemos llegado al final de la séptima temporada del programa enComunicación y en la última píldora de inspiración compartí una historia que me conmovió profundamente, sobre todo, al conocer las circunstancias de vida de la protagonista. ¡Una auténtica heroína!

Se trata de Malala Yousafzai, reconocida como una de las personalidades más influyentes del mundo por la revista Time en 2013 y galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2014.

Esta joven nació en Pakistán. Una sociedad que no ofrece las mismas oportunidades ni derechos a las niñas y a los niños. Alentada por su familia, pudo ir a la escuela. Pero pronto, la situación política en esa región sufriría las consecuencias de la lucha armada de grupos fundamentalistas.

Desde el año 2009 – a través del documental del New York Times “Pérdida de clases. Muerte de la educación de la mujer”– Malala empezó a tomar un papel activo en su comunidad debido a que los talibanes cerraron escuelas privadas y prohibieron la educación para las niñas.

A los 13 años empezó a escribir un blog para la BBC con el seudónimo de Gul Makai. Allí relataba como era la dura vida en su pueblo natal, en especial para las niñas que querían ir al colegio.

Por estas acciones, los fundamentalistas la pusieron en su punto de mira.

El 9 de octubre de 2012 marcaría un antes y un después en la vida de nuestra protagonista: de regreso de sus clases, un talibán atentó contra ella hiriéndola gravemente en la cabeza. Dos de sus compañeras sufrieron también serias heridas. Cuando las trasladaron urgentemente a un hospital comenzaron las protestas en la zona del colegio donde acudían esas niñas.

Esto despertó el interés internacional recibiendo apoyos de personalidades como Desmond Tutu, Barack Obama, Hillary Clinton, entre muchas de las voces que condenaron este atentado y clamaron a favor de Malala.

Su vida corría peligro porque podrían volver a intentar matarla. Necesitaba además una cirugía reconstructiva de su cara. Por ello, a los pocos días la llevaron a un hospital del Reino Unido, donde milagrosamente se recuperó.  Y, unos meses después de recibir el alta, comenzó a estudiar en una escuela secundaria de Londres.

Es una historia muy intensa para una niña de tan sólo 13 años, ¿verdad?

En las más peligrosas circunstancias que una persona podría encontrarse, ella desarrolló una decidida lucha por el derecho de las niñas a la educación. Sin duda, su labor sirve de ejemplo para todos.

Pronunció un discurso en Naciones Unidas  realmente conmovedor. Cada una de sus frases son fuente de inspiración para superar las más adversas circunstancias. Está firmemente convencida de que debemos creer en el poder y la fuerza de nuestras palabras porque con ellas y con nuestras acciones podemos cambiar el entorno que tenemos alrededor.

La ONU declaró la fecha del 12 de julio como el “Día de Malala” y ella se comprometió anualmente a poner de relieve la situación de las jóvenes y niñas más desfavorecidas en el mundo. De hecho, la Fundación Malala proclama que “Si una sola niña con educación puede cambiar el mundo, ¿qué pueden hacen 130 millones de niños y niñas?”

Efectivamente, si estamos convencidos de nuestros valores y ellos nos impulsan a hacer algo por el bien de la sociedad, tenemos que defenderlos, expresar nuestros ideales y actuar en consonancia. Poco a poco, aparecerán las circunstancias y los foros donde hacer oír nuestra voz y contribuir a cambiar nuestra sociedad para bien.

En mayo visité el edificio de Naciones Unidas en Nueva York y leí sus palabras, que figuran en una de las paredes: “Un niño, un profesor, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo”

Finalizo este post con la idea de Malala que más me ha inspirado al conocer su historia y la actividad que desarrolla hoy:

“Cuando la debilidad, el miedo y la desesperanza mueren, la fuerza, el poder y el valor nacen”

Dejar huella en la vida

Huella
Huella

¿Cómo es nuestra huella en la vida?  Esta fue la reflexión que compartí en el programa enComunicación de la semana pasada.

Hace unos días escuché a una persona decir que no somos imprescindibles y que las organizaciones y el mundo en general pueden seguir funcionando sin nosotros.

Efectivamente, esa afirmación es cierta. Sabemos que todo ha funcionado antes de llegar nosotros a este mundo y, cuando nos vayamos, lo seguirá haciendo, más allá de algunos matices…

Esos matices que pueden significar una mejoría o un desarreglo en una organización, una sociedad o en una familia, ¿podrían relacionarse con determinadas actitudes y acciones de personas según el rol que tengan en cada momento?

La historia de la Humanidad revela que sí. En sus páginas tenemos numerosos protagonistas que cambiaron su entorno o el curso de situaciones relevantes para las sociedades u organizaciones a las que pertenecieron.

En 1966 350 estudiantes universitarios de Estados Unidos participaron en una encuesta psicológica sobre desarrollo personal y felicidad. Once años más tarde, la psicóloga Susan Krauss Whitbourne contactó con estas personas y les volvió a preguntar década a década hasta recopilar datos de cuarenta años.

En 2010 publicó los resultados de esta amplia investigación en el libro The Search for Fulfillment. Su conclusión fue que lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, de manera positiva o negativa, más o menos trascendente, supone dejar huellas a nuestro alrededor. Esto es lo que Krauss llama “huella de vida”.

Nuestras decisiones, acciones o palabras, por insignificantes que parezcan, pueden influir de forma muy intensa en los demás.

Ahora bien, creemos realmente que, en nuestra familia, en las amistades y en el entorno personal y profesional que tenemos ¿todo seguirá igual después de nuestro paso?

¿O habremos dejado una huella en cada etapa de nuestra vida y en los distintos ámbitos en los que hemos participado?

Para conocer y medir el impacto de nuestra huella de vida, Susan Krauss, preparó un test de diez preguntas. Las respuestas deben responderse en una escala numérica del 1 al 5, siendo el 1 el desacuerdo total y el 5 el grado de satisfacción máxima:

1.- Otras personas me dan las gracias por cómo los he ayudado cuando pasaban por situaciones difíciles.

2.- Las tareas que realizo, en todos los ámbitos, mejoran la vida de los demás.

3.- Un amigo de un amigo se ha sentido influido positivamente por algo que yo he hecho.

4.- Creo que tengo muchas cosas positivas que aportar a los demás y hago todo lo necesario para que sea así.

5.- Para mí es importante que mi familia piense que la apoyo y que estoy para ayudar cuando sea necesario.

6.- He sabido que una conversación mantenida con alguien sirvió para motivarle y que consiguiese un objetivo importante o solucionase un problema.

7.- Puedo afirmar honestamente que mi trabajo o mi papel en la familia o grupo de amigos tiene un impacto positivo en los demás.

8.- Cuando establezco metas tengo más en cuenta el efecto positivo que tendrán en otras personas que las recompensas materiales para mí.

9.- Soy consciente de que cada una de mis decisiones, acciones u opiniones pueden tener una gran influencia en los demás, de forma positiva como negativa.

10.- Existen varios casos en los que mis consejos ayudaron a alguien a tomar una buena decisión.

Si la puntuación final de este test está próxima a los 40 puntos supone que ya estamos dejando una huella positiva. Si está en torno a los 20 puntos tendremos que replantearnos cómo son nuestras relaciones con los demás y, lo más importante ¡nuestra actitud ante la vida!

En Píldoras de Inspiración tenemos varios ejemplos de personas que están dejando una verdadera huella a su alrededor.

Y nosotros ….

¿qué huellas estaremos dispuestos a dejar?

Enseñanzas de vida

En el programa enComunicación hablamos de las Enseñanzas de Vida que el doctor Valentín Fuster, prestigioso cardiólogo y director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas de España, compartió en el proyecto BBVA Aprendemos Juntos, en común con El País y Santillana.

Muchos son los motivos para escuchar sus palabras.

Deseo compartir algunas de las ideas de Fuster que me impactaron más, porque que han sido temas hablados en anteriores píldoras de inspiración, al igual que en la sección de Coaching para ti del programa enComunicación.

El primer aspecto que quiero destacar es la importancia de tener referentes en tu vida. Una significativa valoración del rol de los mentores.

Comenta que en varias ocasiones escuchó a personas que eran de su total confianza. Siguió sus consejos y, gracias a ellos, hoy es la persona que es. Esta actitud no es sólo del pasado, sino que sigue confiando en personas que le ayuden a manejarse en los tiempos de cambio tan rápidos que estamos viviendo.

Otra de las ideas relevantes de la entrevista fue el talento.

Fuster dice que todos nacemos con talentos y que hay cosas que nos atraen más que otras. Por eso, uno de los aspectos más necesario en nuestro camino por la vida es conocer, identificar nuestros talentos y desarrollarlos para alcanzar el éxito en nuestros proyectos, cumplir nuestras metas y vivir una vida coherente y plena.

Algo también muy importante y relacionado con talento y mentoría, es la educación.

La educación como herramienta fundamental que permite ampliar las posibilidades, abrir la mente a nuevas perspectivas.

Cuanto más educados estemos, seremos más capaces de gestionar las variables que nos acechan en el día a día y ser protagonistas en el mundo que nos rodea. Todo ello aumentará nuestra autoestima.

Hablar en positivo fue otro de los puntos relevantes de su charla.

Si queremos solucionar un problema, es importante hablar desde el lado positivo.

El Dr. Fuster se centra en “cuidar la salud, más que en prevenir la enfermedad”.  En el campo de la Psicología esta perspectiva tiene un efecto positivo en la persona: se está enfocando en lo bueno.

Finalmente, y de las muchas enseñanzas de vida que Fuster compartió con los asistentes, deseo destacar especialmente dos reglas:

La primera regla es la de las “4 Tde desarrollo personal:

  • Tiempo para reflexionar, para meditar sobre lo que es prioritario o importante en la vida de cada uno.
  • Talento, saber en lo que somos buenos, desarrollarlo y aplicarlo plenamente.
  • Transmitir positividad, centrarnos en la solución en pensar, sentir y hablar desde el lado positivo.
  • Tutoría, contar con personas de confianza para aconsejarnos

La segunda es la regla de las “4 A” como nos presentamos ante el mundo:

  • Actitud positiva, afrontar la vida y los problemas con la confianza de poder superarlas y seguir adelante
  • Aceptarse a uno mismo, no compararse con los demás. Cada uno tiene su propio camino y forma de vida.
  • Autenticidad, ser coherentes en todo momento con lo que se piensa. Actuar y hablar en absoluta correspondencia, independientemente de las circunstancias y las personas.
  • Altruismo, dar a los demás, ser útil al mundo, a la sociedad con nuestros talentos.

Al reflexionar sobre estas pautas y enfocarnos en nuestra realidad,  sin duda, las enseñanzas de vida del doctor Valentín Fuster son una valiosa fuente de inspiración.

El legado de El Principito

 

En la habitual sección de Píldoras de inspiración del programa enComunicacion hablamos sobre el legado de El Principito, un libro que llamamos “infantil”, cuyo contenido ilumina a pequeños y adultos por igual.

Más de 200 millones de copias y traducido a 300 idiomas, lo identifican como el libro más popular de la lengua francesa, cuyo significado supera generaciones, fronteras e hitos editoriales.

El pasado 6 de abril se celebró el 75 aniversario de su publicación. Antoine de Saint-Exupéry, aviador francés y reportero exilado en EEUU, lo escribió en plena 2ª Guerra Mundial.

Nos dejó una obra que nació en una época llena de tragedia y dolor a escalas nunca vistas, para ofrecer un soplo de esperanza. De ahí su carácter universal: aportó amor, ternura e ingenuidad en un escenario abarrotado de odio a la vez que predicaba valores y conceptos que miraban al ser humano como individuo altruista y generoso.

Esas posibilidades de vivir a través de sus metáforas son las que trascienden cualquier tiempo y mantienen, aún hoy, la vigencia de sus enseñanzas.

En esta inocente historia de un niño que vive en un mundo irreal se encierra una gran riqueza filosófica y humanista, que se inicia desde la dedicatoria atemporal dirigida a Leon Werth directamente y a sus lectores por extensión. Todos los adultos hemos sido niños, pero pocos solemos recordar esta etapa de nuestra vida.

Si El Principito parece, a simple vista, un cuento infantil, las enseñanzas que nos transmite dan valor a la amistad, al amor, la tristeza, la riqueza… Quisiera compartir algunas de ellas:

 “Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”

Cuantas veces las encrucijadas de la vida, los obstáculos y circunstancias fortuitas nos mostraron que, a veces, es necesario salir del camino de siempre para aprender, conocer y crecer sin miedo al riesgo que eso pueda llevar.

“Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existen ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos”

La tecnología ha ampliado las posibilidades y la rapidez de la comunicación como nunca antes había sucedido. Sin embargo, el mal uso que a veces hacemos de la tecnología está dañando mucho las relaciones humanas. Es necesario recuperar el valor de la amistad entre las personas, cultivar y cuidar esas relaciones como tesoros incalculables que son.

“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. … Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo “¡Soy un hombre serio!”

El trabajo es importante, pero no debe ser el núcleo central de la vida. Es necesario compartir emociones, brindarnos a los demás. disfrutar de la vida aprovechando lo bueno de cada momento y encontrar la felicidad en las cosas sencillas y únicas.

Finalizo este post con uno de los mensajes más inspiradores del cuento:

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. “

La ilusión y la generosidad no tienen edad

Imagen de Paco Fuentes en El País 7 enero 2018
Imagen de Paco Fuentes en El País 7 enero 2018

En la píldora de inspiración del pasado día 8, Día Internacional de la Mujer, felicitamos a todas las mujeres en el programa enComunicación.

Somos mujeres los 365 días del año. La capacidad para sostener una familia, la dedicación al trabajo y, en definitiva, todos nuestros esfuerzos y el compromiso con la búsqueda de una sociedad mejor y más justa, no son méritos de un solo día.

Sin embargo, al estar centrada la opinión pública mundial en ese día en especial, estamos en una caja de resonancia donde se multiplica el efecto de cada mensaje.

También es bueno reconocer el impacto logrado por las grandes campañas lideradas por mujeres de gran valía y repercusión mediática. El activismo social ayuda a dar visibilidad a   graves problemas que sufrimos en silencio y, muchas veces, con pocas esperanzas de encontrarles solución a corto plazo.

Como es habitual en el programa, me gusta reconocer a personas anónimas que, con su trabajo cotidiano, casi desconocido, sirven de inspiración a otras muchas. Su ejemplo nos ayuda a recuperar la ilusión y la fe en la grandeza del ser humano.

En esta ocasión rendimos homenaje a una mujer excepcional, Concha Herrera, voluntaria de Cruz Roja Córdoba y tiene…  !!102 años!!

Durante los últimos 25 años ha dirigido las clases de gimnasia y dado masajes para mejorar la circulación a los asistentes a un centro de día de Cruz Roja Córdoba , complementando la labor de los fisioterapeutas.

Pero lo más importante es que les transmitía una dosis muy grande de vitalidad y ánimo a los pacientes.

Esto la llevó a recibir la Medalla de Oro de la Cruz Roja de manos de la Reina Sofía en 2011, como reconocimiento a su generosidad y dedicación solidaria.

Con motivo de su 102 cumpleaños, hace sólo unos meses le hicieron varias entrevistas en medios de comunicación y ella insistía que ayudar a otros es lo más bonito que hay.

Cuando le preguntaban cómo había llegado a su edad, Concha decía que su receta especial es: “Comer bien, dormir bien y moverse mucho”

Estamos ante una mujer comprometida con su trabajo de voluntaria, un ejemplo de vida solidaria y de valores humanos que nos llena de inspiración y nos estimula a vivir con entusiasmo y vitalidad.

La ilusión y la generosidad no tienen edad como nos demuestra Concha Herrera.

Toda una inspiración no sólo para mujeres, sino también para hombres, jóvenes y ancianos. Todos podemos aportar nuestra sabiduría, todos podemos ser útiles a la sociedad.

¡!Es hora de poner manos a la obra!!