La reinvención como motor del cambio personal, profesional y en los negocios

Compartir el Conocimiento

La vida nos regala nuevos caminos si sabemos mirar con perspectivas distintas a las habituales. Atrevernos a dar el paso y confiar en nuestras fortalezas para salir adelante -sean cuales sean las circunstancias- forma parte de la reinvención y la gestión del cambio.

Este fue el eje conductor de la conversación que mantuve con Maria Díaz, Directora General del hotel Cigarral El Bosque de Toledo y posteriormente con expertos en pymes y digitalización dentro del programa Compartiendo Conocimiento gracias a la iniciativa de BBVA – El Mundo.

La reinvención forma parte de nuestra vida desde que nacemos hasta que llegamos al fin de nuestra existencia. El proceso de desarrollo que experimentamos al pasar de una etapa a otra supone un crecimiento importante para adaptarnos mejor a cada momento, a pesar de las dificultades que esos cambios traigan aparejadas. Es parte de nuestra naturaleza humana.

Fuente imagen Pexels en Pixabay

Entender los procesos de cambio –en lo personal, lo profesional y en los negocios- desde esta perspectiva, ayuda mucho a aliviar inquietudes, dudas y bloqueos emocionales que viviremos en cada momento. A pesar del sufrimiento que conlleva, cada crisis vital y profesional implica que una etapa ha concluido y que, mientras se inicia la nueva, pasaremos por momentos de incertidumbre y de vacío.

Sin embargo, ese “vacío” no es estéril, sino tremendamente rico a pesar del miedo que nos produce. Este vacío nos lleva a la introspección, a buscar en nuestro interior para encontrarnos con nosotros mismos. Momentos obligados de modo “pausa” que nos alejan de lo urgente y lo accesorio de nuestra vida para adentrarnos en la reflexión, en el balance de lo que ha sucedido hasta el momento. Repasamos las personas y las situaciones que hemos tenido en el camino. Las circunstancias difíciles que no quisiéramos volver a vivir de nuevo.

En esta oscuridad interna comenzamos a filtrar lo que ya no queremos en nuestra vida: personas, situaciones, sentimientos…. ¡Un tremendo y a veces doloroso trabajo interior, sin duda alguna! Sin embargo, totalmente necesario para identificar qué pensamientos, emociones y acciones teníamos en aquellos momentos y que nos hicieron llegar al presente.

Este viaje al pasado, desde la mirada de un cambio de etapa, es muy productivo en nuestra vida. Utilizando un paralelismo de la Naturaleza, la “semilla” ha arraigado con fuerza en la tierra y el crecimiento vendrá en el tiempo necesario y adecuado para cada persona. Paciencia, confianza, constancia y resiliencia son las claves que, en mi opinión, nos sostienen en este tiempo donde aún no “vemos” resultados externos.

¿Cómo cuidar, abonar y regar este proceso de crecimiento y de reinvención en nuestra vida?

  • Buscando e identificando nuestras propias fortalezas . En ellas nos podremos apoyar e impulsar con confianza para atrevernos a dar los pasos necesarios.
  • Agradeciendo las lecciones de vida aprendidas, a las personas y circunstancias que nos han llevado a ser las personas que hoy somos, con toda nuestra grandeza humana.
  • Proyectando nuestra nueva etapa de vida. La neurociencia y la psicología positiva han demostrado cómo se activan las hormonas de la felicidad -dopamina, oxitocina, endorfina y serotonina- para disponer de la energía interna necesaria en la “nueva vida”. Ejercicios como la visualización creativa o escribir la “carta a los Reyes Magos”, entre otros, estimulan nuestros pensamientos y emociones de manera creativa.
  • Explorando, aprendiendo y descubriendo todo lo que la vida nos presenta en esta nueva etapa.

Motivación, confianza en uno mismo, ganas de aprender y apertura y flexibilidad a nuevos entornos son los nutrientes de nuestro crecimiento como personas, como profesionales y también en el ámbito de los negocios.

En estos últimos la capacidad de adaptación a las necesidades del mercado y de los clientes juega un papel clave para sobrevivir en el contexto actual. Al igual que para las personas, se abren nuevas oportunidades para ser más eficientes, sostenibles y resilientes.

Fuente de la imagen: Compartiendo Conocimiento El Mundo

Este proceso de reinvención nos permite comprobar que la vida ofrece múltiples caminos. Lo importante es descubrir a dónde queremos llegar y orientar nuestros pasos hacia el destino elegido.

Para concluir, mi agradecimiento especial a Ana Gómez García (BBVA), Desiree García (Fundación máshumano), Diego Serrano y Raúl Serrano (Secuoya Studios), Marta Sánchez y Oskar Arriola (Btob Livebrands) que han hecho posible mi participación en Compartiendo Conocimiento y, por supuesto, a María Díaz (Cigarral El Bosque) por su generosidad y confianza.

La huella del año 2020

Imagen Jessica Wong by Unsplash

Al llegar al final del año, como todo ciclo que termina, nos invita a la reflexión, a tratar de recordar qué momentos han sido verdaderamente significativos. 2020 ha sido un año extraordinario desde esta perspectiva.  Muy distinto al que nos imaginábamos a nivel individual y como sociedad.

La pandemia del coronavirus ha trastocado nuestras vidas -en mayor o menor medida- haciéndonos parar, reflexionar, tomar decisiones y actuar para adaptarnos a la nueva realidad que tenemos por delante.

El confinamiento y el aislamiento que soportamos durante varios meses nos llevaron a experimentar un sinfín de emociones intensas y, a veces, contradictorias –a modo de montaña rusa. Todo esto, sin duda alguna, ha dejado huella tanto en nosotros como personas, en los grupos familiares, entornos profesionales y en la sociedad en su conjunto…  

Ha desgarrado hogares con innumerables pérdidas humanas. ¡Pero también ha mostrado la solidaridad y generosa entrega de los trabajadores de la salud, dando todo por cada paciente que cuidaban!

Ha cerrado negocios, pero han surgido algunas oportunidades. Ha facilitado reencuentros muy esperados. Ha dado luz a la esperanza para recuperar la vida normal con la llegada de las vacunas.

Imposible hacer un balance que contenga tantas realidades enfrentadas… 

Hemos aprendido y asumido con responsabilidad que, para seguir adelante, teníamos que cambiar nuestras actitudes y nuestro modo de relacionarnos con familiares, amistades y entornos profesionales.

Hemos sentido que esta pandemia nos ha vuelto vulnerables y frágiles en muchos aspectos… y hemos continuado adelante con decisión y valentía empujados por el instinto de supervivencia. La resiliencia ha sido de nuevo -y lo seguirá siendo- nuestra mejor guía para fortalecernos ante desafíos y adversidades como las que vivimos.

Se han iniciado ya las primeras vacunaciones. Todo un horizonte de esperanza dentro de la incertidumbre en la que tendremos que seguir viviendo un tiempo más.

Un año que ha dejado una profunda huella en mí. Y creo que también en todos.

Quiero cerrar este balance de 2020 con gratitud por este año lleno de aprendizajes –algunos difíciles- y con esperanza en nuevos horizontes de crecimiento como Humanidad.

Mis mejores deseos de Salud, Prosperidad, Amor, Solidaridad…para este 2021 que tan cerca está ya.

Habilidades de neuroliderazgo para comunicar en la incertidumbre

Webminar Neuroliderazgo

La fragilidad humana ha quedado en evidencia con la pandemia.

Vivimos tiempos en los que pensamientos y emociones de vulnerabilidad están presentes en todos los países, en sus organizaciones, equipos y, por consecuencia, en una gran parte de las personas.

Ante esta inquietante situación, la neurociencia nos aporta algunas claves para entender cómo funciona nuestro cerebro ante la incertidumbre.

Este fue el marco del webinar “Habilidades de neuroliderazgo para comunicar en la incertidumbre” dentro del Ciclo de Charlas Abiertas organizado por la Maestría en Gestión de las Comunicaciones GesCom de UCES Argentina donde tuve el placer de compartir experiencias con dos reconocidos especialistas en Comunicación y docentes de esa prestigiosa Universidad, Alejandro Negro y Gustavo Coppola.

Webinar “Habilidades de neuroliderazgo para comunicar en la incertidumbre”

La realidad mundial ha cambiado para todos. Estamos en grave riesgo ante un “enemigo invisible“ que avanza diezmando población y economía, entre otros efectos.   

¿Cómo liderar nuestra vida y a los equipos en estos tiempos?

¿Qué habilidades personales y de comunicación son necesarias en esta nueva realidad?

¿Qué y cómo comunicar en estas circunstancias de cambio constante?

El estudio de nuestro cerebro a través de los sistemas instintivo, emocional y prefrontal nos ayuda a comprender mejor nuestras reacciones –pensamientos, emociones y acciones- a todos los niveles, desde el instinto de supervivencia hasta la motivación y gestión de estrategias, llegando así a entender el vaivén emocional, la necesidad de relaciones familiares y sociales sostenidas por valores y el proceso de aprendizaje y adaptación al cambio para superar el inmenso desafío que tenemos por delante.

El liderazgo personal –entendido como “neuroliderazgo” bajo esta mirada de la neurociencia- es primordial ante estas circunstancias para desarrollar habilidades como la gestión emocional adecuada, la escucha activa, el pensamiento crítico, la creatividad y la innovación.

Todo ello contribuirá, sin duda, a un mejor liderazgo Dircom basado en la ética y los valores, con actitud empática, siendo gestor de la incertidumbre comunicacional y la reputación de marca, desarrollando la inteligencia emocional y guiado por un espíritu de aprendizaje continuo y adaptación a la realidad incierta y cambiante.

Tras este recorrido para identificar las características del neuroliderazgo, enriquecido por y el diálogo generado entre los diferentes participantes en el webinar llegamos a la habilidad esencial para estos tiempos: la resiliencia. Sin duda alguna, la especie humana ha superado dramáticos desafíos desde la prehistoria hasta los tiempos actuales.

Confiemos que, a pesar de que la única certeza en este tiempo presente es la incertidumbre, recurriendo a valores como la responsabilidad y el esfuerzo colectivo, entre otros, cada uno de nosotros como líder en su espacio de actuación, ayudará a una mejor proyección del futuro. Creo que así podremos recuperar la normalidad y vivir con felicidad en este nuevo mundo.

Imágenes del webinar Habilidades de neuroliderazgo para comunicar en la incertidumbre. Maestría en Gestión de las Comunicaciones GesCom – UCES Argentina

Participación en el JobDay

JobDay

El pasado día 6 de junio tuve el honor y placer de participar en el JobDay que, de forma excelente, fue organizado por la Cámara de Comercio de Quito, EUDE Business School y Windup School.

Cabe destacar el formato elegido a través de Facebook Live que permitió un evento remoto muy interesante al que asistieron cientos de participantes de varios países.

Mi participación consistía, en primer lugar, con una ponencia “Navegar con la certeza de la incertidumbre” donde comente las aportaciones de la Neurociencia para entender cómo funciona nuestro cerebro, adema de la relación con las habilidades blandas tan necesarias en estos momentos de incertidumbre global.

Posteriormente, forme parte de un excelente panel de trabajo dedicado a las Softskills del profesional del futuro. Este encuentro fue moderado por Juan Vivero (EUDE) en el que compartimos opiniones y experiencias con Miguel Cervera y Walter Gavilanes desde las perspectivas del liderazgo, las habilidades digitales y la Neurociencia.

Navegar con la certeza de la incertidumbre

Imágen de Torsten Dederich en Unsplash

Desde que la especie humana empezó a habitar en la Tierra tuvo que enfrentarse a constantes peligros y desafíos que ponían en riesgo su supervivencia. La incertidumbre para nuestros ancestros era tan cotidiana que seguramente no se preocuparían. Supongo que su máxima necesidad era protegerse de las inclemencias del tiempo, los ataques de los animales y garantizar el sustento para la tribu, entre otros aspectos esenciales.

Su objetivo principal era la supervivencia. Si no hubiera sido así, no estaríamos aquí.

Así iniciaba la ponencia “Navegar con la certeza de la incertidumbre” que presenté en el evento JobDay organizado por la Cámara de Comercio de Quito, EUDE Business School  y Windup School.

A medida que se producía la evolución de la especie y el desarrollo de utensilios y herramientas que facilitaban la vida y el trabajo, se consiguieron importantes logros para el bienestar y la prolongación de la vida humana.

No sólo eso, se llegó a la Luna, los viajes al espacio son continuos, se investigó el centro de la Tierra a través de los avances de la minería, se exploraron profundidades marinas con todo el desarrollo de tecnología y recursos necesarios.

Desde luego que hemos conseguido superar enormes e interesantes desafíos como Humanidad y también como individuos. En todos estos retos hemos asumido la “certeza” de tener que enfrentarnos a la incertidumbre para superar graves riesgos y problemas.

Pero no sólo en ese aspecto, si contemplamos actividades esenciales como la agricultura y la pesca, los hombres y mujeres que trabajan en estas áreas manejan la incertidumbre de forma frecuente. Por mucho que dispongan de información y recursos para su labor, siempre cuentan con la incertidumbre e incógnitas de las fuerzas de la Naturaleza que obrarán a favor o en contra de lo esperado.

Hemos vivido bajo la ilusión de la certeza, del control sobre las situaciones…pero la pandemia ocasionada por el coronavirus nos ha puesto delante nuestra fragilidad y vulnerabilidad como especie, poniendo en peligro nuestra vida y la de nuestros allegados. Ha alterado la vida, el trabajo, el orden y también la economía mundial como no se conocía desde las Guerras Mundiales del siglo pasado.

Estamos viviendo tiempos globales muy complejos en todas las áreas y seguimos aún con muchas incógnitas por resolver, entre ellas, cómo superar esta crisis con éxito y con el menor coste posible en vidas humanas y recursos económicos.

Sólo tenemos la certeza del tiempo presente. De cara al futuro y la proyección que hagamos de él, únicamente cabe apoyarse en la fe y la esperanza que todo esto pasará igual que ha sucedido en otras situaciones dramáticas en la historia de la Humanidad.

Sin duda alguna, con el tiempo, con responsabilidad, esfuerzo común, inteligencia colaborativa y medios superaremos este desafío mundial.

Volveremos a ver el sol en el horizonte y seguiremos navegando con la certeza de las nuevas incertidumbres que nos presente la vida.

Imagen Ajax.googleapis.com

Imagen Ajax.googleapis.com

Imágenes de Torsten Dederich en Unsplash, ponencia “Navegar con la certeza de la incertidumbre” en JobDay y de Ajax.googleapis.com

La gratitud como actitud de vida

Imagen de Daiga Ellaby - Unsplash

Estamos viviendo circunstancias extraordinarias que nunca antes habían existido a nivel mundial. La vulnerabilidad y la fragilidad de la vida humana ante la pandemia han quedado expuestas de manera muy clara. Además, en muchísimos casos, de forma muy dolorosa con la pérdida de seres queridos y la imposibilidad de una despedida adecuada para ese momento transcendental en la vida.

La incertidumbre es la constante diaria. Algo que, en realidad, siempre ha formado parte de la vida humana, pero que creíamos «dominada» por una sensación de seguridad lograda en nuestros avances tecnológicos, científicos, sociales, económicos… Nos hemos dado cuenta de que esas certezas eran sólo “ilusión” y la realidad se ha encargado de revelar la verdad.

Por primera vez somos conscientes globalmente de que sólo tenemos el presente, el momento actual. El pasado se fue y el futuro viene cargado de muchas incógnitas. Lo que sí es cierto es que traerá una vida muy distinta a la que habíamos llevado hasta ahora. Muchas cosas han cambiado y no seremos las mismas personas de antes de entrar en cuarentena.  De hecho, muchas personas ya estamos cambiando nuestra actitud, la forma de pensar, la manera de valorar la vida y lo que forma parte esencial de ella.

En este período de encierro, confinamiento, cuarentena….cada uno lo llamará como prefiera, tenemos la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos con nuestras virtudes y, también, con nuestras debilidades y mayores miedos. Personalmente, lo considero como un tiempo de silencio e introspección.

Y, precisamente, en uno de estos momentos apareció un mensaje muy especial:“No es la felicidad la que nos hace agradecidos; es la gratitud la que nos hace felices” éstas fueron las palabras de David Steindl- Rast, monje austríaco benedictino de 94 años de edad, ¿hace unos años durante la charla TED “Want to be happy? Be grateful”

Para Steindl-Rast, la gratitud es una actitud y una forma de vida esencial para ser felices. Ser conscientes del momento presente, centrándonos en la palabra “presente” también como regalo. Un inmenso regalo que ahora contiene la oportunidad de mirar nuestras vidas con ojos distintos.

Y menciona otra dimensión añadida: el aprecio hacia lo que es valioso para nosotros y se nos da gratuitamente. La gratitud aparece de forma espontánea y con ella viene la felicidad.

La clave de la felicidad no está en un solo momento de gratitud, sino en mantener la experiencia vital consciente en todo momento, independientemente de las circunstancias que estemos atravesando. Por duras que sean, siempre habrá un resquicio de luz y de esperanza que impulsará a seguir adelante. No tenemos seguridad sobre si habrá otros momentos. La única certeza es sólo el momento actual, el presente, el aquí y ahora. Ahí se encuentra la llave principal de la gratitud y la felicidad.

En momentos de extrema dificultad como éstos tenemos el inmenso desafío de encontrar la oportunidad para superarlos y aprender algo que entraña dolor en el propio aprendizaje, como la resiliencia, la paciencia…y también la gratitud por la vida y la salud.

¿Qué método podemos seguir para ser agradecidos y felices?

Si nos guiamos por Steindl-Rast y seguimos sus consejos, existen tres pasos:

  • Parar
  • Mirar
  • Hacer

Desde luego que el primer paso lo hemos dado a nivel mundial, Parar. El ritmo habitual, la vida tan apresurada que teníamos se ha desvanecido. Han parado muchas industrias, los viajes, las actividades colectivas, los desplazamientos y embotellamientos diarios de tráfico. Perdíamos oportunidades a cada instante de valorar todo lo esencial e importante que tenemos.

El siguiente paso consiste en Mirar. Prestar atención plena a lo que teníamos y no disfrutábamos. También la oportunidad para hacer felices a los demás. Esto lo estamos aprendiendo ahora. Cuanto más aislados físicamente estamos, más necesidad tenemos de los demás y más necesidad tenemos de seguir formando parte de nuestra familia, las amistades, el entorno profesional.

Por último, Hacer. Una vez que nos hemos dado cuenta de que nuestra felicidad también depende de los demás, damos el paso hacia adelante y actuamos. De ahí todas las iniciativas solidarias que están llevando a cabo empresas, organizaciones de todo tipo y la sociedad civil en todo el mundo.

Fruto también de los pasos anteriores surge la creatividad y la innovación por reinventarse, cambiar la producción habitual de algunas empresas por otra que colabore en la salud y protección de todos, al menos mientras dure esta situación tan apremiante para la vida y la supervivencia.

Todo este intenso cambio de conciencia ante lo que estamos viviendo ya ha empezado a cambiar el mundo, algo que señalaba Steindl-Rast en su charla de 2013.

Desde luego nos queda mucho que aprender y saber, pero lo que sí es cierto es que ya hemos cambiado nuestra actitud desde que se inició la cuarentena. Nuestra escala de valores y de conceptos a los que dábamos prioridad probablemente haya cambiado y nos sintamos cada día mucho más agradecidos por la salud, la vida, nuestros seres queridos, nuestros hogares….y muchas otras cosas que antes no habíamos dado importancia.

Sin duda, estamos siendo más agradecidos, el mundo está cambiando hacia la gratitud y ¿por qué no?… hacia una nueva mirada de la felicidad.

Imágenes de Daiga Ellaby – Unsplash y video charla TED Want to be happy? Be grateful

Entrenar el carácter


Imagen Pixabay

En la pasada Píldora de Inspiración comentamos que desde hace años numerosas corrientes de la educación y del pensamiento están alertando de que vivimos en una sociedad “blanda”. Determinadas actitudes como la sobreprotección a los hijos, el victimismo, el autoengaño y la homologación del conocimiento y del rendimiento por el nivel más bajo, por poner sólo algunos ejemplos, reflejan que algo no está funcionando bien en nuestra sociedad.

En esta especie de infancia o adolescencia mimada continua –a pesar de la edad cronológica de la persona- sólo crece la baja autoestima, el sufrimiento y el egoísmo. Cualidades poco favorables para afrontar una época de cambio o un cambio de época. Independientemente de cómo lo llamemos, lo que sin duda estamos viendo es que la velocidad del cambio es cada vez mayor y quien no lo afronte con decisión y coraje, quien no se prepare adecuadamente y no se adapte puede quedar fuera.

Durante una conferencia que impartí sobre neuroliderazgo, uno de los asistentes me preguntó cómo podía entrenar la resiliencia. Respondí haciendo una comparación con cualquier tipo de entrenamiento físico. La única manera de conseguir buenos resultados en el fitness es enfrentarnos a la realidad y practicar, practicar, practicar una y otra vez añadiendo dificultades en número de repeticiones o sucesión de varios ejercicios concatenados, por ejemplo. Con ello robustecemos determinados músculos o ganamos en flexibilidad.

Para entrenar la resiliencia los libros de autoayuda, las charlas motivacionales, las terapias u otras técnicas similares están bien, pero sirven relativamente de poco. Contribuyen, sin duda alguna, para calmar la ansiedad o la frustración o el agobio… Pero la realidad con sus circunstancias sigue estando delante y hay que afrontarla por uno mismo, sin más.

No hay escapatoria. Tenemos que pasar por el ojo de la tormenta y padecerla…..

En mi experiencia, tanto propia como profesional entrenando la calidad de las personas, he comprobado que los mayores aprendizajes y los que más huella dejan en nuestro carácter fueron producto de las dificultades y frustraciones que hemos tenido que superar en cada momento de nuestra vida para seguir adelante.

Leí hace unos días una entrevista a Pilar Gómez Acebo, a quien valoro mucho, donde decía que no estamos preparados para recibir un “no”, que hemos atrofiado la resiliencia porque es un músculo que no usamos. Y esto lleva a que el nivel de autoestima general sea muy bajo en España –los últimos de Europa según comentaba Pilar.

De la baja autoestima viene el autoengaño. No querer ver la realidad tal como es induce a una frustración continua y de ahí a la depresión….poco camino queda. Es alarmante el consumo de antidepresivos que se ha triplicado en la última década en España. Estos medicamentos sólo aplacan los síntomas, pero no son la solución.

Parece que tenemos una “solución mágica” dando mensajes positivos constantemente.  De nada sirve camuflar ni negar las circunstancias. Más tarde o más temprano la vida nos presenta con toda crudeza lo que tenemos que afrontar y en esos momentos hay que tener confianza en que seremos capaces de superar los retos.

En esta línea de pensamiento se mantiene Toni Nadal, quien en una charla TED sobre el valor del esfuerzo, contaba que a su sobrino le decía las cosas tal cual eran. Le evitaba el autoengaño para prepararse mental y técnicamente ante unas circunstancias que la realidad le mostraría sí o sí, aunque a ellos no les gustara.

Su labor con Rafa Nadal, como él dice, no era el aspecto técnico, sino entrenarle el carácter. ¿Cómo?

  • Aceptando la realidad por difícil que fuera para buscar soluciones,
  • Evitando el autoengaño
  • Eliminando las justificaciones y quejas
  • Entrenando en las peores condiciones
  • Fortaleciendo el carácter para mejorar la capacidad de aguante
  • Entrenando con perseverancia, esfuerzo y disciplina.

Sin duda alguna parece que lo hizo muy bien, ¿verdad?

¿Cómo superar la adversidad sin morir en el intento?

Imagen de Makunin
Imagen de Makunin

Algunas circunstancias, propias o ajenas, nos ponen en situaciones límite y abren dos caminos ante nosotros: “tirar la toalla” y fracasar o seguir adelante contra viento y marea y adaptarnos a ese cambio. De este último hablamos en la sección Coaching para ti del programa enComunicación.

El diccionario de la RAE define “resiliencia” como

  1. capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
  2. capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido

Expertos psicólogos y neurólogos aconsejan trabajar esta habilidad desde la infancia. Educar para la superación de adversidades y la frustración supone también convertirnos en personas con mayor fortaleza emocional.

Alejandro De Barbieri, psicólogo uruguayo y autor del libro «Educar sin culpa», afirma que los padres intentan educar evitando la frustración de sus hijos. Les produce miedo decir No en contraposición a nuestros abuelos donde no existía el estado general de bienestar que tenemos hoy en día.

Barbieri cita a Fernando Savater cuando afirma que «Un papá que siempre dice que si a todo, (por la culpa), deja a su hijo vulnerable y frágil, porque la vida le va a decir que no muchas veces y debe poder hospedar ese dolor».  Prescindir del aprendizaje que produce dolor, también suponer perder las vivencias de felicidad.

En línea similar está Giles Lipovestky. Este autor francés, al presentar su libro “De la ligereza”, comentaba los altos índices de depresión y estrés que estamos viviendo actualmente a causa de una educación blanda, ligera, en comparación a la educación recibida en las sociedades tradicionales y antiguas donde se preparaba para vivir un mundo difícil.

La capacidad de resiliencia supone considerar en primer lugar la defensa y protección. Después se trata de buscar el equilibrio que enfrenta a la tensión. Estos pasos nos llevarán al compromiso y al desafío; a la superación y actitud positiva de la persona; a la responsabilidad y creatividad para superar la adversidad.

¿Cómo podemos ser más resilientes?

  • Asumiendo el cambio como parte de la vida.
  • Aceptando con serenidad las circunstancias que no podemos cambiar
  • Siendo conscientes de nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades.
  • Afrontando los problemas de frente y con decisión
  • Buscando ayuda de los demás, ya sean familiares, amistades u otras personas importantes de referencia
  • Confiando en nosotros mismos desde una perspectiva optimista. Esto ayudará a resolver los problemas que aparezcan
  • Planteándonos metas realistas y teniendo fuerza de voluntad para conseguirlas

En definitiva, a través de la resiliencia descubriremos el tesoro interno del coraje que desconocíamos tener hasta ese momento.